Blow Dry

Hoy en la ducha había una enorme maraña de pelos en el desagüe. Hacía muchos años que no vivía con mujeres (al menos que tuvieran cromosomas XX) y había olvidado lo que es el ataque constante de pelos everywhere. No se cómo sigue mi prima teniendo pelo. Con lo que hemos tirado ya, al margen de haber hecho 3 postizos tupidos de pelo natural, debería estar calva. Pero no, ahí sigue con su melena, lacia como ella sola, la muy puta (Mi prima, no la melena).

No me gusta el pelo largo. Yo, que tengo mucho, muy rizado y muy grueso, varío siempre entre el rapado y los 3 – 4 centímetros de largo (De pelo, ojo). Y en el resto de los tíos igual. Nunca me oiréis decir que a alguien le queda bien el pelo largo. Como mucho, podré decir: Bueno, no me entran unas ganas demasiado inmediatas de cortarle los mechones a puñados con un cutter. Para mí un tío gana siempre siempre siempre con el pelo corto. Como por ejemplo, Penn Badgley. Lo ví en “John Tucker must die”, y ni reparé en él siquiera. Pero aparece como Dan Humphrey en Gossip Girl, con el pelo corto, y tachan! se convierte en mi chulazo favorito de esta temporada de series.

Todas estas reflexiones capilares mientras me desayunaba un batido Puleva multicereales (Nota para Míster X: Es el único batido de chocolate que tolero), me han llevado a acordarme de mi comedia british favorita: Blow Dry.

Protagonizada por Alan Rickman, Natasha Richardson, Rachael Leigh Cook, Rachel Griffiths y Josh Harnett (Y un papelito de Heidi Klum) cuenta la historia de una familia desestructurada de peluqueros (Rickman y Richardson) que tienen un hijo en común (Harnett, en un papel que me gustó muchísimo, a pesar de que a él me cuesta aguantarle a veces).

Después de años sin hablarse, vuelven a tener contacto debido a la celebración en su ciudad del Campeonato Nacional de Peluqueros, disciplina en la que Rickman y Richardson eran expertos antes de que Richardson se fugase con la modelo de ambos, Griffiths. Con esta premisa un poco absurda se va construyendo una historia divertida, tierna, con algún toque dramático que encaja perfectamente, y con un final de los que te hacen querer abrazar hasta a las farolas, de pura alegría.

En fin, si no la habéis visto, os recomiendo encarecidamente que le deis una oportunidad, aunque probablemente no os guste tanto como a mí.

Yo es que siento debilidad hacia esa peli :D

PS. Quiero ir a Nueva York ya!