viernes, 18 de septiembre de 2009

Hoy voy a ser... (VI)

El Mundo Today

Un hombre monta un armario de Ikea y le sobran todas las piezas.

La agencia Efe ha informado esta mañana de que Humberto Casas, vecino de la localidad abulense de El Tiemblo, ha montado un armario de Ikea, y al finalizar, manual en mano, ha comprobado que le sobraban todas las piezas.

"No hay error posible", nos comentaba en exclusiva este tembleño de 32 años. "Soy muy metódico, y siempre compruebo todas las cosas después de comprarlas: cuento que en la caja vengan 12 huevos, que cada donut tenga su agujero y que haya más de 21 y menos de 32 langostinos en las cajas 21/32. Lo mismo hice con el armario, lo desembalé, extendí todas las piezas y fui contando, siguiendo el manual, y había 2 laterales, 1 tapa de abajo, 1 tapa de arriba, 1 puerta, 3 bisagras, un cartoncillo de esos de poner detrás, treinta y cinco tornillos, 8 tornillos gordos, 4 baldas, 17 clavos, una percha de pantalones y un cajon de esos de poner los cinturones."

Tras ponerse manos a la obra y terminar de montar el armario, constató que le sobraban 2 laterales, 1 tapa de abajo, 1 tapa de arriba, 1 puerta, 3 bisagras, un cartoncillo de esos de poner detrás, treinta y cinco tornillos, 8 tornillos gordos, 4 baldas, 17 clavos, una percha de pantalones y un cajon de esos de poner los cinturones.

"Ahí me extrañé. No conozco a nadie que haya montado un mueble de Ikea y no le haya sobrado ninguna pieza, pero esto ya es exagerado", comenta Humberto, que con las piezas sobrantes se ha montado una cama Malm, un sofá-cama Lycksele, 4 mesas de centro Lack y 2 estanterías Expedit, tomando las fotos del catálogo 2010 como patrones.

Humberto, con gorro y bolsa amarilla, probando un sofá en su tienda Ikea preferida, la de Tokio.

"No es tan raro" aseguran desde el departamento de prensa de Ikea. "Uno de nuestros clientes amuebló el salón con las piezas sobrantes de una lámpara, y otro consiguió montar una estantería Billy de un paquete que venía vacío. Lo único que vino a pedirnos fue el herraje de pared, porque la estantería había volcado, con toda su colección de huevos de Fabergé, encima de su suegra, y quería anclar a su suegra a la pared, porque al parecer la mujer está mal de la vista y deambula por la casa chocándose constantemente con la vitrocerámica, el bulldog francés y la tele de plasma".

Humberto asegura que volverá a comprar en Ikea, ya que palabras textuales suyas "Ikea es como una droga. Siempre quieres más, siempre estás repasando el catálogo con cara de yonki y buscando un rincón de tu casa que no tenga aún iluminación indirecta. Tengo amigos que incluso han cerrado la terraza para tener más espacio que ambueblar", termina mientras mide un hueco entre el sofá y la pared para comprobar si le cabe un estante de CDs más.

jueves, 17 de septiembre de 2009

The Blue-eyed World. Capitulo 3.


Episodio 1

Episodio 2

En Mohm no cabe un alfiler.

Todas las maricas han vuelto ya de Mykonos e Ibiza y lucen, al tiempo, su bronceado y los nuevos modelitos de la temporada de Otoño, cuchicheando sobre qué deparará el invierno.

Becks, Adids y Dante hacen su entrada, como siempre, saludando a todo el mundo. La gente les tiene mucha envidia, nadie lleva las nuevas colecciones como ellos, nadie consigue esos looks perfectamente combinados pero con ese aire bohemio de "Lo primero que he pillado en el armario, hija, que venía con prisas".

Enseguida se les acerca Loquio, el dueño del local, un chico enorme e impecablemente vestido con un traje de Armani que le sienta como un guante.

"Becks!!!!! Me enteré de lo tuyo, honey. Qué fuertor! Y justo detrás de mi local... Que sepas que tengo a tu disposición todas las cintas de seguridad, y a todo el personal, para que la Policía pueda investigar. Vamos, venid conmigo" dice, mientras acompaña a los tres amigos a la zona VIP. Ya con unos martinis y unos cosmopolitan delante, charlan más tranquilamente. "Bueno, os ha dicho ya algo el inspector que vino a hacerme preguntas", interroga Loquio.

"¿Inspector? De momento no hay nadie de la policía investigando" responde Adids.

"Pues el otro día vino un chico, que dijo que era inspector, y estuvo revisando las cintas y haciéndonos preguntas. Lo siento chicos, lo vi con tan buena planta que no se me ocurrió pedirle identificación."

Los chicos se quedan pensativos, intentando descifrar algo sobre el misterioso inspector, mientras Barry Bennett, el último ligue de Dante, sale del baño seguido de Pashh, el dealer oficial de la alta sociedad de Chew-eh-kah.

Dante hace un mohín y dice que se va para casa con Barry. Los chicos asienten mirándose significativamente. Barry lleva unas semanas pasando demasiado tiempo con Pashh, y ninguno quiere hablar claro con Dante, pero conociendo la afición de Barry por los chicos guapos y las sustancias prohibidas, no hay que ser muy lista para saber que blanco y en botella, semen.

Mientras, en otra parte de la ciudad, una limusina aparca frente a unas naves industriales y Tanya T desciende de ella, para adentrarse en un callejón. No ha ido precisamente a comprar retales, y fumando un cigarrillo light se adentra en una de las enormes naves, que corresponde a la vivienda habitual de StarP, donde también tiene el estudio en el que rueda sus películas porno, que luego son descargadas de Xtube por millones de fans.

Pobres A. y B. Cuando el río suena, agua lleva. Y la combinación de Tanya T y StarP puede provocar un hundimiento más trágico que el del Titanic.

Watch your back, bitch.