Hoy voy a ser... (III)

Con todos ustedes, señoras y señores, Maggie Wang Kenobi.


Barbie secuestradora.

He decidido que voy a comprar una pareja de dálmatas, porque me informa mi mucamo científico que ahora va y resulta que si tienes perro, los niños no se ponen alérgicos perdidos en primavera. Y que además quedarán fenomenal con la decoración de mi mansión en el Algarve portugués y hay que ir preparando el terreno por si llegan mimanuélitos.

Estoy pensando también en enviar allí mi colección de Barbies y Ken's, que como todos sabéis es la más extensa de este lado del sistema solar, porque me han chivado que el fiscal general iraní está un poco cabreado con el tema, y no vaya a ser que me dicte una fatwa, nonono, que una ya está mayor para andar como Salman Rushdie.

Mi mucamo hacedor de niños, a su vuelta de París, me cuenta que la madre de Houellebecq ha escrito un libro donde le pone a parir, y es que deberían aprender de mi, que le hice firmar a mi madre un contrato con una cláusula de confidencialidad, porque claro, una es Semidiosa y tiene que protegerse las espaldas.

Y como no está el horno para bollos, he mandado a mi mucamo personal shopper a que haga acopio de gasolina, no me vaya a pasar como a los de Gaza, y tenga que reusar todo el aceite de girasol ese que dice que se va a beber Bernat Soria para abastecer mi flota de jets privados. Aunque le he dicho esta vez compre sólo quinientos mil litros, porque con los piratas estos de ahora, te secuestran el yate en un plis y te quedas sin crucero de verano, y encima a pagar un pastizal, así que tendré que mantener las reservas por si me da por ir de crucero a una playa somalí.

Ya no pueden irse tranquilas de vacaciones ni las Semidiosas, endevé...