martes, 26 de febrero de 2008

A curtain story...

Erase un chaval recién llegado a Madrid.

Su primer verano en la capital. Trabajando. Con dinero para él. Con mucho tiempo libre y sólo en su piso del castizo barrio de Chamberí.

Joven, un poquito alocado, y con su flamante ordenador nuevo conectado a la red por un flamante módem de cincuenta y seis kas.

Una noche de verano, no se sabe muy bien cómo, la navegación por la web le llevó hasta una curiosa página que habían bautizado con el nombre de una céntrica plaza madrileña acabada en puntocom.

Descubrió que había gente que sólo entraba allí para practicar el pecado nefando y satisfacer las ansias que Don Carnal inculca en la gente débil.

A punto estaba de huir despavorido de semejante barbarie en HTML cuando un cling sonó por los altavoces y una pequeña ventana popup apareció ante sus ojos precedida por un nombre: Nadador24.

Extrañado, y siempre ansioso por almacenar cosas en su ya bastante cargada materia gris, decidió seguir investigando. Descubrió un chico sensible, amable, con el que compartía bastantes gustos. Y que además era guapo, porque le enseñó una web para el control de la velocidad en las autopistas (radar.co.uk o algo así), que parecía ser un repositorio de las fotos familiares de la gente, donde ponían, además, sus gustos: Si les gustaba jugar al póker (tríos), el waterpolo y la natación sincronizada (watersports), los discursos (oral), la moda (jeans y uniformes) y hasta si se habían cortado cocinando aquel día o no (Cut/uncut).

Ante tal despliegue de sinceridad, no pudo evitar pensar que otro mundo era posible... y ante la invitación del plúmbeo nadador de coincidir al día siguiente para un desayuno y seguir comentando los vaivenes de la vida, no pudo evitar teclear un tembloroso sí en su flamante teclado de membrana.

Durmió poco, tenso y nervioso, hasta que llegaron las primeras luces del día.

A la hora convenida, en una céntrica cafetería para gente VIP, apareció el Johnny Weissmuller en todo su esplendor. Simpático, agradable, conversador... Amante también de la informática, no dejaron de hablar durante un croissant a la plancha, café y zumo de naranja recién exprimido. Hablaron de otros protocolos de interconexión con el mundo, y Chico le descubrió unos programas llamados scripts que hacían la interacción con dichos protocolos mucho más agradables.

Así que decidieron ir a casa de Chico, ya que el Nadador casualmente llevaba algún disquete en la mochila, para grabarle en el soporte magnético el susodicho script de la felicidad.

Al llegar a casa de Chico, en penumbra, todavía con la modorra de una aún algo fresca mañana de verano, no pudieron evitar un tierno beso, y caer fundidos como un solo ser en la cama de noventa centímetros de Chico.

A partir de ahí, todo fue maravilloso, exhultante, sudoroso, agitado... Llegando a un momento de clímax en el que el chico, aterrado, descubrió que el falo de su amante se había tornado en una ametralladora del amor, y que los impulsos vitales de su semilla tenían tanta fuerza contenida por la pasión, que habían aterrizado violentamente en las delicadas cortinas que orlaban las ventanas de madera del piso señorial.

Avergonzado por la erupción incontrolable de proteínas, el Nadador recogió apresurado sus cosas para desaparecer Quevedo abajo...

Quiso el destino que eso sucediera un perezoso jueves del mes de Junio, y que los padres del chico se acercaran a hacerle una visita por sorpresa el sábado de esa misma semana.

La madre, siempre atenta a los pequeños detalles, no dejó de notar un ligero tono papiro en las cortinas que se suponían níveas, y ni harta ni perezosa, las descolgó y metió en una bolsa para darles ese tratamiento que sólo las madres, con tiempo, paciencia y sabiduría milenaria, son capaces de demostrar, en orden de devolverle a las cortinas su antigüo esplendor.

Poco después, las cortinas volvían a colgar, orgullosas e impecables, sobre sus metálicos ríeles blancos, y el recuerdo del nadador se desvanecía poco a poco hasta confundirse con la brisa que ondulaba los retales protagonistas de esta historia y susurraba su nombre...

Fin

19 zapatillas:

Anónimo dijo...

Es lo que tiene nadar; le imprime ímpetu a las cosas más simples.
;)

Nils dijo...

en que trabajabas que un jueves por la mañana te dedicas a fornicar en vez de a currar? todas tus historias son superinteresantes, deberias plantearte un libro jejeje

Mocho dijo...

Qué tiernoooo.

¿y dices que les echó Mistol?

Tony Tornado dijo...

querido. ese nick me suena taaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaanto...

ays, Adi, ´qué vidas paralelas llevamos...

Plutónico dijo...

Ves..? Es lo que tiene no tener cortinas y las paredes pintadas de gotelé.
Creo q el nadador ese ha dejado su mácula por medio Madrid.

alterego dijo...

Joder con el nadador!!

Otto Más dijo...

Ains, qué risas me he echado yo solito... Qué recuerdos del modulador demodulador aquel! Yo aún guardo sesiones de irc XD
Es verdad que la gente usa la red para fomentar el pecado nefando? O es por joder la decoración? Habrá una especie de conjuración homosexual en contra de las cortinas?

Anónimo dijo...

Jajajaja, que buena historia! Me ha encantado lo de "cafetería para gente VIP"... :-D

Maggie Wang Kenobi dijo...

jopetas, ya he visto que te has pasado la parte interesante en un pispás y ni una mísera foto para adornar tanta letra, juer.

marivip dijo...

Jajajajajajajaja...yo creo que tenías que empezar a escribir un libro...no puedo más me "parto"!!!.
..."ametrelladora del amor"???...xD xD que para llegar a las cortinas eso más bien tenía que ser un OBUS MSTA-S...(menos mal que las "mamis" estamos en todo ayyyyy)...
Y digo yo...sería todo culpa de "tus ojos enigmáticos verdes"???...jajajaajajajaja.

P.D.:Yo creo que deberías pensarte lo de escribir un libro...

Unknown dijo...

Genial la historia ... bueno la historia no, que es una más (para algunos porque lo que es para mí ... ejem, a lo que iba) genial tu forma de contarlo. Eres "la mar" de gracioso, nenico :-)

Coño! que me ha gustado tu post, hoy me voy a currar con una sonrisa de oreja a oreja jejejeje

Besicos!

Unknown dijo...

Lo de la ametralladora de amor me ha cautivado....
Bonita historia... y qué bien escribes! :)


Qué recuerdos.... La primera noche que tuve internet en mi casa, también me conecté al IRC... por mera curiosidad científica, por supuesto...

Parece que fue hace una eternidad....

Luis dijo...

Ja,ja, ja...joder, que se dedique al gotelé, no?

Alvaro dijo...

Jajaja, me alegro de que os haya gustado :D

Anónimo dijo...

Vargame¡¡ te dan un script y caes rendido... ainss jajaja Hay uno muy bueno para que los vídeos que metes en iTunes se puedan poner en Programas de TV, Películas o Videoclip de una canción :P

Anónimo dijo...

Vaya, qu'e bonita historia y qu'e bien contada. Ya me ve'ia yo una historia rom'antica y nos sales con lo de la cortina. Genial, qu'e risas!

Lo malo es que no hicieras una fotito para la posteridad y que el susodicho desapareciera Quevedo abajo. C'omo se te ha ocurrido dejar marchar a semejante semental?

ALFREDO GREGORI dijo...

a mí también me ha gustado... y también me hubiera gustado el nadador!! :P

Lucio dijo...

Me encantó esta historia,las cortinas eran estampadaas o lisas?

Soliloco dijo...

XDDDD

Que tienno to :P