lunes, 5 de noviembre de 2007

Qué puta es el destino

Esta era la entrada original de hoy, asi que ahí va, con 12 horas de retraso.

Vaya rollo de puente, haciendo así recapitulación. No he hecho AB-SO-LU-TA-MEN-TE nada de provecho. Sólo dormir, comer, jugar a las consolas, estar delante del ordenador horas y horas y follar un poco.

El viernes, al final ni Ocho, ni cuatro cuartos ni nada. Shok estaba muerto después de haber salido el jueves y no tenía mucha intención de moverse del sofá y yo tampoco estaba muy por la labor después del ataque sufrido el miércoles, porque tela. Por primera vez desde que tenía 19 o 20 años me hicieron un chupetón. Y no uno, sino 2, y del tamaño de pelotas de golf, y no de estos rojizos que apenas se notan, no, de los morados que parece que te han pegado con un martillo neumático. Qué obsesión tienen algunas personas por marcar a los tíos como si fueran vacas.

El caso es que el miércoles, noche de todos los difuntos, salimos por ahí. Yo acabé conociendo a un chico bastante majo y que llevaba un disfraz que me daba morbo mil. No voy a decir de qué, sólo diré que el disfraz implicaba no llevar ropa interior. Al final acabamos en su casa y no me moló demasiado el tema. Le iba un poquito el sadomaso light, y yo tuve que explicarle 2 o 3 veces que no me gustaba el dolor. Ni un poco ni un mucho. Fue una situación un poco tensa en la que, por primera vez en mi vida, estuve tentado de recoger mis calzoncillos del suelo y largarme a casa, dejándole a medias. El resultado fueron 2 chupetones, anteriormente descritos, y un cardenal también bastante jevi en una mamella.

Por lo cual no me emocionaba demasiado salir con semejante Miró corporal, porque con lo puta que es el destino, seguro que hubiese conocido a Míster X esa noche, y yo con esos pelos cardenales de fresca.

Y el sábado, después de 3 días pasándome peines, monedas, trombocid y todos remedios que pude encontrar googleando, me decidí a dar la cara, puesto que ya habían mejorado bastante. Los chupetones, porque el cardenal de la mamella había adquirido un tono verdoso que daba bastante asco. Shok, para más INRI, se dedicó a llamarme Ana de las Tetas Verdes toda la noche, para subirme la moral. Acabamos en The Angel, donde conocí un catalán bastante maco y al que conseguí convencer de que los chupetones me los había hecho él, pero que no se preocupase, que es que a mí me salían con mucha facilidad. Si cuando mi madre dice que tengo más cara que espalda...

Y volvemos a lo de siempre: Es muy majo, pero no acabo yo de verlo, y como no acabo de verlo, al salir del metro ya tenía mensajito de "me has gustado, a ver si volvemos a quedar".

Qué puta es el destino.

2 zapatillas:

Unknown dijo...

A mí hace muuy poco también me hicieron dos chupetones como dos soles y es bastante desagradable.
Hay que ver lo chabacana que es la peña a veces.

Y sí, el destino es muy puta.

Hoy queda un día menos para que encuentres a Míster X.

Alvaro dijo...

Ay Mister X Mister X... dónde estará Mister X... xD