Estan locos estos belgas...

Bélgica es horrible.

Y antes de que me saltéis todos que si Bruselas patatín, que si Brujas patatán, os diré que estoy en la Bélgica profunda, que dirían en un documental culto, esto es, Charleroi.

Vaya ciudad fea, gris, y con costumbres medievales...

Que sí, que son europeos, blablabla, pero sinceramente, yo me quedo con l'espagne.

Que esto de desayunar a las 8, llegar al trabajo a las 9 y que a las 12 te digan: A comer!, pues descoloca un poco.

Que luego a las 7 tienes más hambre que el perro de un ciego, y dices: "Voy a dar una vuelta a ver si se me pasa un poco el hambre".

Y sales a la calle, y no hay ni cristo. Así que decides ir a buscar un restaurante. Y te pones a andar, mirando de vez en cuando hacía atrás (No en vano a Charleroi le apodan "El chicago belga", y no porque sea la ciudad del viento, sino por su alto índice de criminalidad) y vas tomando notas de los restaurantes que vas viendo.

Las opciones, así a bote pronto, son: Pizza, mejillones, pizza, pizza, un restaurante griego, pizza, un kebab, pizza, pizza, pizza, más mejillones. Debe ser la ciudad con más pizzerías por metro cuadrado del mundo. Más que Roma me atrevería a decir.

Las tiendas cierran a las 6, así que tampoco puedes dar una vuelta, así que te comes una pizza y te vas al hotel a dormir. Pero mierda, son las 8. Habrá que mirar internet: Pues no, porque el wifi del hotel se cae más que una compresa a una coja. Así que a jugar a la consola un par de horas.

Los belgas son majetes, eso sí, cada vez que se ven se dan la mano, aunque estén en el trabajo, incluso un beso en la mejilla, aunque les puedan tachar de truchas, pero eso al cabo del día, cansa. Que los españoles somos efusivos, pero yo no me imagino ir por la ofi dando la mano y besuqueando al personal sin parar, que hartura.

Y volviendo a la comida... creo que voy a acabar aborreciendo las patatas.

Fritas te las ponen con todo, ya que están superorgullosos de ellas, pero es que ayer, después de comprobar que el plato del día en la cantina de la empresa eran unos filetes de atún con una pinta tanto sospechosa, decidí ir al grill y pedirme un bol de patatas y unas croquetas que había que tenían muy buena pinta. La señora me miraba raro y hablaba en francés, y yo la miraba con cara de "ni flowers, maja", así que al final me sirvió lo que le había pedido por señas. Al llegar a la mesa me como una croqueta: genial, también son de patata. Patatas fritas y croquetas de patata, ya voy servido de hidratos hasta noviembre.

El curso que me están dando es un rollaco impresionante del que además tenemos toda la documentación, así que me dedico a poner cara de interesante, y a navegar por las webs de mueble buscando una mesa de comedor que:

a) Sea blanca o de cristal.
b) Mida 1'40 o 1'50 de ancho, y preferiblemente que sea extensible.
c) No tenga que hipotecar el coche para pagarla.

Porque menudos precios que gasta la gente. Las mesas de ECI, preciosas, pero cuestan 1 riñón, y si hay mesa de riñón, pues nos quedamos sin roomba y sin nespresso. Y yo soy muy de "No sin mi roomba"

(Para anticiparme a los comments, aquí tienen ustedes lo que es una roomba)



Se agradecerán comentarios sobre tiendas de mueble donde pueda comprar una mesa que cumpla con las características anteriormente citadas.

Y nada más, que son ya las 7 y tengo que ir a zamparme mi 4 staggioni antes de que salga la mafia valona a extorsionar a los probes extranjeros.

Qué ganitas de volver a Madrid.