Es curioso como reaccionamos los maricas cuando conocemos a alguien que mola.
Desde el primer momento hay tensión, de si le pido el teléfono, espero a que me lo pida, me estará dando el de verdad?... y ese tipo de cosas.
Luego la cosa va a mayores, y es cuando empezamos a usar complicadas tablas de excel para ver a qué hora es apropiado mandar el primer mensaje, regresiones no lineales para entresacar alguna conclusión sobre la relación mensaje enviado - tiempo de respuesta, y a quién le toca mandar el siguiente mensaje.
Lo que debería ser algo sumamente fácil, se convierte entonces en una pesadilla, por algo muy sencillo: el masoquismo.
Nos gusta, en general, la gente difícil, los chulos, la indiferencia... y parece que nos aterran las cosas normales (huy, este tipo parece normal, quiere que volvamos a quedar, y encima para ir al cine o a cenar, huyamos!)
Hace no mucho, conocí a un tipo fenomenal, con el que llevaba hablando varios meses por msn. Después de una noche muy divertida, y de un sexo bastante bueno, empecé digamos a interesarme un poco más por el, mandandole mensajes mas asiduamente y tal, y planteandole el volver a quedar. Sobra decir que desde ese momento, el interés suyo por mí decayó considerablemente.
Poco después, yo le hice lo mismo a un chaval bastante majo, que sí quería volver a quedar y del que yo he pasado olimpicamente.
Justicia divina? Hasta qué punto nos gusta la gente por lo que son, y no por cómo nos tratan?
La gente es rara, es algo que hay que aceptar. Todos somos raros. La cosa está en encontrar gente compatible con nuestras propias rarezas.
Ahí queda la reflexión.
Espero que los siguientes posts sean algo menos profundos.
martes, 28 de agosto de 2007
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3 zapatillas:
Y con este post, te desvirgo...
El blog, te desvirgo el blog.
Vaya, no sabes lo identificado que me he sentido leyendo esto.
Qué simple y qué complicado es todo a veces...
Las cosas son simples, y nosotros las hacemos complicadas, jajaja.
Es un post que podría haber escrito hace 4 años, y que probablemente lea dentro de 4 años y me siga sintiendo completamente identificado.
Ojalá me equivoque :)
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